¿Queréis saber por qué los platos de La Cuchara Veggie tienen un sabor increíble a pesar de que sólo empleamos ingredientes 100% vegetales? Una de las razones es que elaboramos nuestras recetas sólo con materias primas de la mejor calidad y elegimos procedimientos de cocción óptimos para conservar intactos todos los matices de sabor de los alimentos. El otro “secreto” no menos importante es utilizar sabiamente los condimentos que tenemos a nuestro alcance. Las especias son muy importantes en la cocina vegana para potenciar el buen gusto y el aroma de nuestras comidas. Condimentando nuestros platos podremos disfrutar de unos menús mucho más variados.
Un poco de Historia
Las especias eran muy apreciadas en la Antigüedad. Desde tiempos remotos se les atribuían propiedades mágicas y medicinales.
Nuestros antepasados sabían mucho sobre las especias. En la Edad Media se publicaron cientos de herbarios enumerando cada una de ellas y sus utilidades.
Muchos siglos antes, los fenicios fueron los primeros que comerciaron con esta mercancía por todo el mundo conocido, rodeando la península arábiga por el Mar Rojo para llegar a Babilonia, siguiendo luego el curso del Tigris y el Éufrates. Aunque la conquista de Alejandro Magno supuso el fin de su hegemonía en el siglo IV a. C., ellos fueron los auténticos fundadores de “la Ruta de las Especias”.
La especia más valorada en el mundo antiguo era el azafrán mientras que el incienso y la mirra se utilizaban en ceremonias religiosas.
Su fama se extendió por todo el imperio romano dando lugar a un próspero comercio que fomentó el desarrollo de muchos pueblos. Los romanos crearon nuevas rutas, catalogaron las especias y descubrieron nuevos usos culinarios, medicinales y cosméticos. El primer recetario ilustrado que se conserva, escrito por Apicio, data del siglo I d. C.
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, el comercio de especias se desplazó a Constantinopla.
Los árabes cultivaron las especias en sus propios huertos y jardines. Sus platos solían ser muy condimentados siendo las más utilizadas el ajo, la pimienta, el comino, el hinojo, la menta o el eneldo. Esta tradición gastronómica dejó su huella en nuestro país.
Ya en la Edad Moderna, la necesidad de abrir nuevas rutas de comercio hacia las islas Molucas, Indonesia y las regiones tropicales de Asia, dio lugar al descubrimiento de América. El control por el monopolio de este valioso ingrediente fue motivo de muchos conflictos bélicos como la guerra de Flandes contra la monarquía hispana de los Habsburgo.
Actualmente resulta mucho más barato producir y comercializar especias de modo que son adsequibles para casi todos los bolsillos.
Otros datos curiosos
- Las especias ayudan a mejorar la digestión. Aumentan las secrecciones de salivares, donde se encuentran las enzimas que preparan a los alimentos para ser digeridos fácilmente antes de llegar al estómago.
- Son ricas en minerales y vitaminas. Algunas de ellas pueden abrir el apetito o ayudar a regular la presión arterial.
- Aunque alguna gente las confunda, las hierbas y las especias no son lo mismo. Las primeras proceden de las hojas y de las flores de la planta. Se utilizan para sazonar (romero, perejil, albahaca). Por el contrario, las especias se extraen de las cortezas, semillas, raíces o frutos (pimienta, gengibre, canela). Por este motivo su sabor es más intenso.
- Si vas a hacer una salsa o un guiso, no abuses de las especias porque al reducirse la cantidad de agua, quedarán más concentradas.
- Deben añadirse casi siempre al principio del proceso de cocción para que el calor libere los sabores y se mezclen con los alimentos (aunque algunas de ellas como la mostaza, quedan mejor si las añadimos al final). No obstante, si la cocción va a ser larga es recomendable agregarlas a mitad del proceso para que la comida no pierda sabor ya que los compuestos volátiles se evaporan con el calor.
- Algunas combinaciones de especias pueden darnos pistas sobre el origen de un plato: India, África, México, etc. Cada país tiene sus recetas típicas.
Nuestro plato recomendado: Cuscús marroquí
Un plato tradicional de la cocina de Marruecos en su versión 100% vegetal. Es una combinación perfecta de sabores para tu paladar ¡y cómo no para la vista! ya que las verduras que utilizamos (zanahorias, calabacín, cebolla caramelizada, pasas) tienen colores y gustos muy particulares.
La canela le brinda un toque dulce y aromático a este plato salado y lleno de contrastes. Por otra parte el jengibre, típico de la cocina asiática, queda perfecto con todo tipo de pastas y arroces.
Además, el cuscús que empleamos es integral (bajo en grasas, azúcar y colesterol). Y, como siempre, todos los ingredientes que lo acompañan proceden del cultivo ecológico.