Superalimentos: un cóctel de vitaminas.

superalimentosSeguro que os resulta familiar la frase del filósofo Hipócrates: «Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina». Una alimentación sana y equilibrada refuerza nuestro sistema inmunológico contra diversas enfermedades, siendo esencial durante el desarrollo y las demás etapas de la vida.

Sin embargo la super-explotación de los terrenos en los sistemas de cultivo actuales, la ganadería industrial, los fertilizantes químicos, los transgénicos… han provocado que los alimentos de nuestros días no sean tan nutritivos como los del pasado. Algunas personas recurren a la suplementación vitamínica para restituir estas carencias. A no ser que se trate de una recomendación médica, este método no es la forma más natural de cuidar nuestra salud.

Gracias al auge del estilo de vida eco-friendly impulsado en parte por algunas celebrities y por una nueva generación de dietistas, la última moda son los llamados «superalimentos«, una gama de ingredientes ricos en fitonutrientes y antioxidantes A, C y E que contribuyen a limpiar nuestro organismo de toxinas y ayudan a reducir el riesgo de algunas enfermedades cardíacas o incluso del cáncer.

Según un estudio publicado por The New England Journal of Medicine en 2013, una dieta rica en estos superalimentos y baja en refrescos, carnes grasas y dulces reduce hasta un 30% la probabilidad de infartos.

Aunque el interés por los superalimentos sea reciente (según un estudio de Google cada 0,13 seg. alguien rastrea el término en internet), su utilización no es nada novedosa. Muchos de estos productos son la base de la dieta mediterránea (como por ejemplo los tomates o el aceite de oliva), otros son frutos secos, granos, verduras y especies como el orégano o el perejil muy apreciadas desde la Antigüedad ya que fueron consideradas como plantas medicinales.

En su mayoría tienen un origen vegetal y formaban parte de las recetas típicas de muchos países o de los sazonadores de nuestras abuelas.

Te citaremos algunos de ellos:

* Quinoa: sus semillas son ricas en hidratos complejos, proteínas, Omega-3 y 6, fibra, minerales y vitaminas E y B. La FAO declaró 2013 el Año Internacional de la Quinoa por sus numerosas propiedades.

* Remolacha: tiene un alto contenido en hierro, potasio, azúcares y vitaminas C y B. Ideal para recuperarse de la anemia.

* Algarroba: según algunos es el nuevo chocolate para los veganos. De ella se obtiene una harina dulce ideal para preparar tartas y bizcochos.

* Mostaza: rica en vitaminas A y C, fibra y fosfolípidos (nutrientes parecidos a la lecitina de soja), que ayudan a combatir el colesterol.

* Diente de León: sus hojas son muy diuréticas. Nos ayuda a eliminar toxinas.

* Aceite de oliva: es la piedra angular de la dieta mediterránea. Disminuye el colesterol malo en sangre.

* Col china: rica en minerales pero con pocas calorías y azúcares. Mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular.

* Tomate: es una fuente natural de licopeno, una sustancia natural con propiedades anticancerígenas.

* Arroz integral: proporciona vitaminas del grupo B y E, grasas saludables, proteínas y minerales.

* Pistachos: poseen vitaminas A y E, grasas monoinsaturadas, selenio y zinc.

* Lúcuma: rica en hierro y betacarotenos. Es muy popular en repostería vegana.

* Maca: se obtiene de la raíz de una planta andina. La cultura quechua le atribuye poderes afrodisíacos y análgesicos.

* Semillas de Chía: según los expertos, dos cucharadas diarias contribuyen a la pérdida de peso.

* Alga Espirulina: esta alga microscópica es un verdadero cóctel de vitaminas, minerales, ácidos grasos y enzimas. Además, nos aporta proteínas más digeribles que las de origen animal.

* Kiwi: regula la hipertensión y es rico en vitamina C, minerales y fibra.

* Polen: es un super-concentrado de vitaminas y aminoácidos. Para consevar su valor nutricional es mejor tomarlo en ensaladas, nunca en bebidas calientes.

* Fenogreco: su uso medicinal se remonta a los albores de la Humanidad. Sus semillas son muy apreciadas en Oriente donde se agregan a otros cereales o a las ensaladas. Nos aporta minerales indispensables como el hierro, el calcio el potasio además de fibra.

* Teff: es un cereal de grano minúsculo procedente del norte de África. Tiene mucha fibra y hierro, además de proteínas y calcio. No contiene gluten por lo que es apto para celíacos.

¿Lo de siempre en otras palabras?

Resulta cuando menos curiosa esta moda de los «superalimentos». A pesar de la evidencia científica de sus propiedades saludables, no existe una definición oficial del término ni una lista cerrada de productos que acuñar con este prefijo. Sin embargo, todos ellos comparten la característica de tener un origen vegetal. Debemos reconocer que las frutas, verduras, cereales y legumbres son indispensables para gozar de buena salud y nos proveen de todos los nutrientes necesarios para estar bien.

Prioriza los productos ecológicos

Debes tener en cuenta que algunos de estos productos catalogados como superalimentos también pueden ser transgénicos (como el tomate morado).

Según indican datos del mismo Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente, somos el país de la Unión Europea donde existen más cultivos de alimentos genéticamente modificados.

Su impacto en la salud a largo plazo aún se desconoce. Lo que sí sabemos es que llevan a una pérdida incalculable de la biodiversidad y que perturban el equilibrio ecológico. Por lo tanto, siempre que tu economía y tu tiempo te lo permitan, prioriza en tus compras aquellos procedentes del cultivo ecológico.

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